Data: 20/05/2006 |
Fonte: La Comarca del Eo |
Título: Un nombre para el auditorio municipal |
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Autor: José Mº Rodríguez |
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Descrición: En relación coa intención do concello de concederlle o nome de Hernán ó auditorio. |
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Un nombre para el auditorio municipal José Mª Rodríguez Todos los pueblos tuvieron sus proceres. Personas que, en los diversos campos de la actividad humana, han destacado por sus nobles y generosas aportaciones a la comunidad. Personas, dignas del aprecio y reconocimiento del pueblo, a quienes se suele honrar con la dedicación de placas conmemorativas, bustos, nombres de calles o dependencias para que sus nombres se perpetúen en la memoria de todos. Ribadeo no es una excepción a esta regla. Su reciente historia pasada brilló con la dedicación y el trabajo de muchos de sus hijos que destacaron en los diversos campos de la actividad humana, artes, ciencias o letras, y que hoy merecen, junto con nuestro agradecimiento y nuestro recuerdo, ser proclamados y propuestos a los ciudadanos como modelos. A la hora de poner nombre al auditorio municipal de Ribadeo pretende el gobierno local dedicarle su nombre al que fue destacado impulsor de la cultura musical en Ribadeo, Hernán Naval. Todos sabemos de los esfuerzos de esta persona, en el campo de la educación musical, para devolver a Ribadeo su antiguo esplendor y prestigio. Durante los pocos años que desempeñó su trabajo entre nosotros, dirigió la escuela de música y la banda municipal, con mucha entrega y esfuerzo. Suficientes razones, sin duda, para que su nombre pueda figurar, con todo derecho, como distintivo de estas dos entidades. Pero no se ha de olvidar, tampoco, que Ribadeo tuvo otras insignes y muy destacadas figuras, en cualquiera de las diversas actividades humanas. Personas que, a veces sin interés económico alguno, dedicaron toda su vida a enriquecer la vida cultural de Ribadeo. Personas que dejaron una huella profunda en este pueblo y que hoy merecerían, con más derecho, quizás, ser recordadas por los ribadenses, con la adjudicación de su nombre al auditorio. A Carlos Álvarez Fernández-Cid, por ejemplo, distinguido musicólogo, muy conocido en los medios más prestigiosos de la cultura polifónica, le sobran méritos para perpetuar su memoria entre nosotros con la dedicación del nombre del auditorio. Su valía artística y su trabajo en nuestra villa están fuera de duda. Allá por los años cincuenta, tuve el honor de ser testigo y confidente de las manifestaciones sobre la valía artística de Carlos Cid, hechas por el P. Samuel Rubio, gran musicólogo del monasterio de El Escorial, a donde Cid solía acudir con frecuencia a perfeccionar sus conocimientos musicales con la investigación y el contacto con los grandes maestros de la polifonía. Y el pueblo es testigo de como, durante toda su vida, y de forma altruista, dedicó sus esfuerzos al cultivo de la cultura musical en nuestra villa, logrando que ambos nombres, Carlos Cid y Ribadeo, sonaran al unísono en muchos rincones de España. Pero, a veces, la lógica con la que se desarrollan los acontecimientos no tiene nada que ver con la objetividad de las cosas. Hoy son los intereses políticos los que imponen sus reglas y se aprovechan de todo para sus objetivos. Y lo que está pasando en Ribadeo a la hora de dar nombre al auditorio no es una excepción. Pero el interés general demanda otra forma de hacer las cosas, más objetiva y respetuosa, sobre todo, al tratar ciertos temas, en los que entran en juego los sentimientos del pueblo. Esperemos que la cordura y el sentido común se impongan para darle a cada uno lo suyo. A Carlos Cid el nombre del auditorio y a Hernán Naval el nombre de la escuela de música y de la banda.